¡Ya era hora! Con varios eventos de clientes ya celebrados, por fin pudimos juntarnos la familia y disfrutar de nuestra esperada inauguración. Organizamos una gran mesa para 20 comensales y cada uno aportó su especialidad culinaria. Los pequeños decoraron toda su pared de pizarra y no pararon de jugar. A la hora del café vino nuestro generoso párroco a bendecir el local, bendición que hizo extensiva a todos los clientes que pasen en el futuro por aquí. Os dejo unas fotos para que veáis cómo puede ser vuestra celebración familiar o simplemente la comida del domingo con los abuelos.
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